Dedicado a todos los matrimonios que siga perdurando el amor que un día nació en nuestros corazones.
PARA MATRIMONIOS CON AMOR.
Aprendiendo a vivir con
nuestras diferencias…
DR. DAVID HORMACHEA.
1.- Confusión e
impaciencia en el matrimonio cuando se conversa acerca de las diferencias.
Todos sufrimos confusión y muchos actuamos inadecuadamente,
cuando nos damos cuenta de que nos hemos casado con alguien inmensamente
diferente.
El problema no es lo que sentimos, sino cómo actuamos por lo
que sentimos.
2.- Dios nos hizo
diferentes para beneficiarnos.
Tratar de hacer cualquier cambio necesario para el bienestar
de la relación matrimonial es vivir sabiamente, pero tratar de cambiar a
nuestro cónyuge para buscar nuestro bienestar personal es vivir neciamente.
3.- Sorprendentes
elecciones de seres humanos inteligentes.
Un matrimonio va camino a la destrucción cuando los cónyuges
prefieren solamente la satisfacción de sus metas personales, en vez de buscar
con determinación cumplir las metas matrimoniales. Eso no sólo es ser poco inteligente,
sino que también es vivir destructivamente.
4.- Juntos pero no
unidos: Elegir la incapacidad.
Decidir estar juntos sin disfrutar de la unidad, sólo por no
estar dispuesto a buscar soluciones, es un acto de necedad, o tal vez no tienen
conocimiento, o las herramientas para lograrlo, o sencillamente no tienen la
capacidad.
5.- Abandono por las
diferencias: Elegir la cobardía.
Separarse de su cónyuge solamente porque éste es diferente,
es como querer estar casado con un robot y no con un ser racional e
inteligente.
6.- Aprender a vivir
con las diferencias: Elegir el amor, la fe y la paciencia.
Toda pareja tiene la posibilidad de vivir en armonía, con
tranquilidad y compartiendo libremente, si es que aprenden a manejar sus
conflictos y diferencias sabiamente.
7.- Las expectativas,
las demandas exageradas y las diferencias.
Las diferencias que existen entre los cónyuges, se ven más
grandes y se tornan destructivas, cuando uno o ambos tienen exageradas demandas
y exageradas expectativas.
8.- El estrés y las
diferencias.
Es evidente que más grande es nuestra tendencia a ver las
diferencias como algo negativo, mientras más estresante es la situación que
vivimos.
9.- Las diferencias y
la actitud de los cónyuges.
No existen dos personas iguales en este mundo. El problema no
está en ser diferentes, sino en la actitud que tengamos frente a lo diferente
que somos.
10.- Aprender a sacar
beneficios de nuestras diferencias.
Dios nos hizo diferentes para que nos ayudemos mutuamente y
no para que tengamos conflictos constantemente. Seguro que podemos vivir con
nuestras diferencias, siempre y cuando determinemos disfrutar de nuestra
relación matrimonial con amor y con gran paciencia.
11.- Humanos y
pecadores inevitablemente.
Mientras no reconozcamos con seriedad que somos humanos y que
lo que nos incita al pecado es nuestra naturaleza pecaminosa, seguiremos
teniendo exageradas expectativas y nunca podremos tener una relación conyugal exitosa.
12.- Egoístas y
egocéntricos naturalmente.
Nos encanta que las cosas se hagan cómo, cuándo y de la forma
que nosotros queremos. Nos asusta que nuestro cónyuge tenga una forma
diferente. Somos egoístas y egocéntricos naturalmente y sólo Dios puede
hacernos pensar de una manera distinta y sólo nosotros podemos comenzar a vivir
de una manera diferente.
13.- Abiertos y
dispuestos necesariamente.
La pregunta no es si somos diferentes. Eso lo sabe todo ser
humano inteligente. La pregunta es si estamos abiertos y dispuestos a conversar
cuantas veces sea necesario y con determinación ponernos de acuerdo para amarnos
y respetarnos consecuentemente.
14.- Pacientes y
dedicados obligatoriamente.
Quienes buscan soluciones rápidas, inmediatas y sencillas a
problemas antiguos, grandes y complicados no sólo deben cambiar sus
expectativas, sino que para tener esperanza de solución, obligatoriamente
deberán aprender a ser pacientes y dedicados.
15.- Decididos y
determinados indispensablemente.
He descubierto tres grandes problemas en toda relación
matrimonial conflictiva. Primero, ambos piensan que quien necesita cambiar es
el otro. En segundo lugar, están esperando que su situación sea transformada
sin que ellos hayan cambiado y tercero, que el cambio lo pueden hacer más
adelante.
Por eso, su situación no cambia, los problemas se agravan y
su relación es cada vez más decepcionante.
(RESUMEN TOMADO DEL LIBRO PARA MATRIMONIOS CON AMOR- DR. DAVID HORMACHEA)