CAPITULO 2.
LA HISTORIA DE UN
HOMBRE LLAMADO JOB.
Hace alrededor de dos mil
quinientos años, vivió un hombre cuyo nombre no conoceremos jamás, un hombre
que enriqueció la mente y la vida de los seres humanos.
Era un hombre sensible que
veía que la gente buena enfermaba y moría alrededor de él, mientras los ricos y
egoístas prosperaban.
Oyó todos los intentos
eruditos, inteligentes y piadosos por explicar la vida y estaba tan
insatisfecho con ellos como nosotros en la actualidad.
Como era una persona con
grandes dotes literarias e intelectuales, escribió un largo poema filosófico
acerca de las razones por las cuales Dios permite que le sucedan cosas malas a
la gente buena.
Ese poema está incluido en
la Biblia bajo el nombre de: El Libro de Job.
Thomas Carlyle dijo que el
Libro de Job es "el poema más maravilloso de todas las épocas y todos los
idiomas; nuestro primer intento, y el más antiguo, por hallar una respuesta al
problema eterno: el destino del hombre y la voluntad de Dios para con él aquí
en la Tierra...
No se ha escrito nada que
posea un mérito literario similar dentro o fuera de la Biblia".
¿Quién fue Job y de qué
trata el libro que lleva su nombre?
Los estudiosos creen que
hace muchos, muchos años debe de haber existido una historia popular muy
difundida, una especie de fábula con moraleja relatada para reforzar los
sentimientos religiosos de la gente, acerca de un hombre piadoso llamado Job.
Un día, relata la historia,
Satán compareció ante Dios para contarle sobre las cosas pecaminosas que la
gente estaba haciendo en la Tierra. Entonces, Dios le dijo: "¿Has visto a
Mi siervo Job?
No hay nadie como él en la Tierra, un hombre profundamente
bueno que no peca jamás". Y
Satán le respondió a Dios:
"Por supuesto, Job es
piadoso y obediente. Y tú lo premias derramando riquezas y bendiciones sobre
él. Quítale esas bendiciones y verás cuánto tiempo continúa siendo Tu siervo
obediente".
Dios acepta el desafío de
Satán. Sin informarle a Job lo que está sucediendo, destruye su casa y ganado y
mata a sus hijos.
Cubre el cuerpo de Job con
furúnculos y convierte cada instante de su vida en una tortura física.
La esposa de Job le insiste
para que maldiga a Dios, aunque eso pueda significar que Dios lo fulmine.
Dios no puede hacerle nada
peor de lo que ya le ha hecho, le dice.
Tres amigos van a consolado
y ellos también le aconsejan que abandone su piedad, habiendo cuenta de las
recompensas que le ha dado.
Pero Job permanece firme en
su fe. Nada de lo que le suceda puede hacerla abandonar su devoción a Dios.
Finalmente, Dios aparece,
reprende a los amigos por sus consejos y recompensa a Job por su fidelidad.
Le da una casa nueva, una
fortuna nueva y nuevos hijos.
La moraleja de la historia
es esta: cuando lleguen tiempos difíciles, no te sientas tentado a abandonar tu
fe en Dios.
Él tiene razones para hacer
lo que hace y si te aferras a tu fe el tiempo suficiente, Dios te recompensará
por tus sufrimientos.
No pierdas la fe a pesar de estas calamidades.
Tenemos un Padre amoroso en el Cielo y Él se ocupará de que los justos
prosperen y los malvados reciban su castigo.
Y Dios aparece.
Llega una terrible tormenta
de viento desde el desierto y Dios responde a Job desde un torbellino.
El caso de Job es tan
apremiante, su desafío tan poderoso, que Dios mismo baja a la Tierra para
responderle.
Pero es difícil comprenderla
respuesta de Dios. No habla en modo alguno del caso de Job, no hace un detalle
de los pecados de Job ni explica sus sufrimientos. Por el contrario, le dice a
Job: ¿qué sabes tú acerca del modo en que se dirige un mundo?
¿Dónde estabas cuando yo
fundaba la Tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.
¿Quién fijó las medidas de
la Tierra? ¿Lo sabes acaso?
¿Quién tendió sobre ella la
cuerda para medir? ...
¿Quién encerró con dos
puertas al mar? ...
Yo tracé un límite alrededor
de él, le puse cerrojos y puertas,
y le dije: "Llegarás
hasta aquí y no pasarás ¿Has penetrado hasta los depósitos de la nieve, has
visto las reservas del granizo? .
¿Observas el parto de las ciervas? .
¿Le das tú la fuerza al caballo? .
¿Es por tu inteligencia que
se cubre de plumas el halcón
y despliega sus alas hacia
el sur?
(Job 38,39)
Y entonces le responde un
Job diferente, diciendo: "Me cubro la boca con las manos.
Ya he hablado demasiado;
ahora no diré nada más".
Para tratar de comprender el
libro y su respuesta a nuestro problema, tomemos nota de los
tres enunciados que todos
los personajes del libro, y la mayoría de los lectores, desearían poder creer:
A. Dios es omnipotente y
causa todo lo que sucede en el mundo. No sucede nada sin que Él lo desee.
B. Dios es bueno y justo, y
se preocupa por que la gente reciba su merecido, desea que los justos prosperen
y los malvados reciban su castigo.
C. Job es una buena persona.
Job considera que Dios está
por encima de la noción de equidad, que es tan poderoso que las normas morales
no se Le aplican.
Dios se presenta como un
potentado oriental con poder ilimitado sobre la vida y propiedad de sus
servidores. Y, en realidad, la antigua fábula de Job retrata a Dios de ese
modo, como una deidad que castiga a Job sin ningún fundamento moral a fin de
probar su lealtad, y que considera que después lo "compensa" al
recompensarlo generosamente.
El Dios de la fábula, que
durante muchas generaciones fue considerado una figura digna de veneración, es
muy similar a un rey anciano (inseguro) que recompensa a la gente por su lealtad
en lugar de hacerlo por su bondad.
Las personas inocentes sufren infortunios en su vida.
Les pasan cosas que no se merecen: pierden su trabajo, enfermen, sus
hijos sufren o los hacen sufrir a ellos.
Pero cuando eso pasa, no se trata de un castigo de Dios por algo que
hicieron mal. Los infortunios no provienen de Dios.
Recurriremos a Dios, no para que Él nos juzgue o nos perdone, tampoco
para que nos recompense o nos castigue; recurriremos a Él en busca de consuelo
y fortaleza.
(RESUMEN DEL LIBRO CUANDO LA GENTE BUENA SUFRE-
HAROLD S. KUSHNER)
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