miércoles, 2 de diciembre de 2015

LA HISTORIA DE UN HOMBRE LLAMADO JOB




CAPITULO 2. 

LA HISTORIA DE UN HOMBRE LLAMADO JOB.

Hace alrededor de dos mil quinientos años, vivió un hombre cuyo nombre no conoceremos jamás, un hombre que enriqueció la mente y la vida de los seres humanos.

Era un hombre sensible que veía que la gente buena enfermaba y moría alrededor de él, mientras los ricos y egoístas prosperaban.

Oyó todos los intentos eruditos, inteligentes y piadosos por explicar la vida y estaba tan insatisfecho con ellos como nosotros en la actualidad.

Como era una persona con grandes dotes literarias e intelectuales, escribió un largo poema filosófico acerca de las razones por las cuales Dios permite que le sucedan cosas malas a la gente buena.

Ese poema está incluido en la Biblia bajo el nombre de: El Libro de Job.

Thomas Carlyle dijo que el Libro de Job es "el poema más maravilloso de todas las épocas y todos los idiomas; nuestro primer intento, y el más antiguo, por hallar una respuesta al problema eterno: el destino del hombre y la voluntad de Dios para con él aquí en la Tierra...

No se ha escrito nada que posea un mérito literario similar dentro o fuera de la Biblia".
¿Quién fue Job y de qué trata el libro que lleva su nombre?

Los estudiosos creen que hace muchos, muchos años debe de haber existido una historia popular muy difundida, una especie de fábula con moraleja relatada para reforzar los sentimientos religiosos de la gente, acerca de un hombre piadoso llamado Job.

Un día, relata la historia, Satán compareció ante Dios para contarle sobre las cosas pecaminosas que la gente estaba haciendo en la Tierra. Entonces, Dios le dijo: "¿Has visto a 

Mi siervo Job?
 No hay nadie como él en la Tierra, un hombre profundamente bueno que no peca jamás". Y 

Satán le respondió a Dios:
"Por supuesto, Job es piadoso y obediente. Y tú lo premias derramando riquezas y bendiciones sobre él. Quítale esas bendiciones y verás cuánto tiempo continúa siendo Tu siervo obediente".

Dios acepta el desafío de Satán. Sin informarle a Job lo que está sucediendo, destruye su casa y ganado y mata a sus hijos.

Cubre el cuerpo de Job con furúnculos y convierte cada instante de su vida en una tortura física.

La esposa de Job le insiste para que maldiga a Dios, aunque eso pueda significar que Dios lo fulmine.

Dios no puede hacerle nada peor de lo que ya le ha hecho, le dice.

Tres amigos van a consolado y ellos también le aconsejan que abandone su piedad, habiendo cuenta de las recompensas que le ha dado.

Pero Job permanece firme en su fe. Nada de lo que le suceda puede hacerla abandonar su devoción a Dios.

Finalmente, Dios aparece, reprende a los amigos por sus consejos y recompensa a Job por su fidelidad.

Le da una casa nueva, una fortuna nueva y nuevos hijos.

La moraleja de la historia es esta: cuando lleguen tiempos difíciles, no te sientas tentado a abandonar tu fe en Dios.

Él tiene razones para hacer lo que hace y si te aferras a tu fe el tiempo suficiente, Dios te recompensará por tus sufrimientos.

No pierdas la fe a pesar de estas calamidades.

Tenemos un Padre amoroso en el Cielo y Él se ocupará de que los justos prosperen y los malvados reciban su castigo.

Y Dios aparece.

Llega una terrible tormenta de viento desde el desierto y Dios responde a Job desde un torbellino.

El caso de Job es tan apremiante, su desafío tan poderoso, que Dios mismo baja a la Tierra para responderle.

Pero es difícil comprenderla respuesta de Dios. No habla en modo alguno del caso de Job, no hace un detalle de los pecados de Job ni explica sus sufrimientos. Por el contrario, le dice a Job: ¿qué sabes tú acerca del modo en que se dirige un mundo?

¿Dónde estabas cuando yo fundaba la Tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.

¿Quién fijó las medidas de la Tierra? ¿Lo sabes acaso?

¿Quién tendió sobre ella la cuerda para medir? ... 

¿Quién encerró con dos puertas al mar? ...

Yo tracé un límite alrededor de él, le puse cerrojos y puertas,
y le dije: "Llegarás hasta aquí y no pasarás ¿Has penetrado hasta los depósitos de la nieve, has visto las reservas del granizo?   .

¿Observas el parto de las ciervas?   .

¿Le das tú la fuerza al caballo?  .

¿Es por tu inteligencia que se cubre de plumas el halcón
y despliega sus alas hacia el sur?

(Job 38,39)

Y entonces le responde un Job diferente, diciendo: "Me cubro la boca con las manos.
Ya he hablado demasiado; ahora no diré nada más".

Para tratar de comprender el libro y su respuesta a nuestro problema, tomemos nota de los
tres enunciados que todos los personajes del libro, y la mayoría de los lectores, desearían poder creer:

A. Dios es omnipotente y causa todo lo que sucede en el mundo. No sucede nada sin que Él lo desee.

B. Dios es bueno y justo, y se preocupa por que la gente reciba su merecido, desea que los justos prosperen y los malvados reciban su castigo.

C. Job es una buena persona.

Job considera que Dios está por encima de la noción de equidad, que es tan poderoso que las normas morales no se Le aplican.

Dios se presenta como un potentado oriental con poder ilimitado sobre la vida y propiedad de sus servidores. Y, en realidad, la antigua fábula de Job retrata a Dios de ese modo, como una deidad que castiga a Job sin ningún fundamento moral a fin de probar su lealtad, y que considera que después lo "compensa" al recompensarlo generosamente.

El Dios de la fábula, que durante muchas generaciones fue considerado una figura digna de veneración, es muy similar a un rey anciano (inseguro) que recompensa a la gente por su lealtad en lugar de hacerlo por su bondad.

Las personas inocentes sufren infortunios en su vida.

Les pasan cosas que no se merecen: pierden su trabajo, enfermen, sus hijos sufren o los hacen sufrir a ellos.

Pero cuando eso pasa, no se trata de un castigo de Dios por algo que hicieron mal. Los infortunios no provienen de Dios.


Recurriremos a Dios, no para que Él nos juzgue o nos perdone, tampoco para que nos recompense o nos castigue; recurriremos a Él en busca de consuelo y fortaleza.


(RESUMEN DEL LIBRO CUANDO LA GENTE BUENA SUFRE- HAROLD S. KUSHNER)

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